«Las expectativas dan forma a nuestras percepciones», las expectativas dan forma a nuestras percepciones. Estas palabras abren un estudio realizado por la revista Plos Biology de la Universidad Normal del Este de China en Shanghai y por la Escuela de Medicina Wake Forest en Estados Unidos, que demostró que la expectativa de experimentar placer o dolor, por ejemplo antes de comer un alimento picante , influye significativamente en la respuesta neuronal creada por nuestro cerebro y, por tanto, en las sensaciones realmente sentidas.
la investigacion
Los investigadores contaron con la ayuda de 47 voluntarios, con diferentes gustos y opiniones sobre el picante. Después de identificar a quienes les gustó y a quienes no les gustó nada, los invitaron a probar una salsa, revelando, aquí y allá, algunos detalles sobre su picante. Luego se controlaron sus reacciones neurológicas y conductuales mediante imágenes de resonancia magnética funcional del cerebro, para distinguir los efectos de las expectativas de los estímulos sensoriales (visuales y gustativos) que eran los mismos para todos los participantes.
Los resultados mostraron que aquellos que tenían expectativas positivas reportaron una mayor actividad en regiones del cerebro relacionadas con el placer, la integración de la información y el efecto placebo, incluida la ínsula anterior, la corteza prefrontal dorsolateral y la corteza cingulada anterior dorsal. Por el contrario, aquellos que tenían expectativas negativas vieron una reducción en la experiencia hedónica y un aumento de la actividad en el circuito neuronal del dolor.
Posibles consecuencias futuras
Siempre se ha dicho que, para afrontar mejor una enfermedad, es muy importante el «pensamiento positivo». Y este estudio es prueba de ello. La investigación sugiere aplicaciones específicas y vías potenciales para desarrollar intervenciones dirigidas a procesos neuronales impulsados por expectativas, tanto en pacientes con dolor como en consumidores que compran productos.