La propuesta de dos médicos franceses de usar el continente para testar una solución a la Covid-19 ha desatado la polémica. “No es compatible con los criterios bíblicos de la dignidad humana”, dicen los evangélicos en el país.
Que la epidemia del coronavirus iba a desencadenar una carrera entre potencias para encontrar la primera vacuna, era un hecho previsible. China, con la colaboración entre la empresa CanSino y la Academia de Ciencias Médicas Militares de Pequín; Estados Unidos, a través de varios proyectos, como el de la compañía Moderna junto a los Institutos Nacionales de Salud, o el de la corporación Inovio; la Universidad de Oxford, la biotecnológica canadiense Symvio o la alemana CureVac. En total, según la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, hay más de 60 proyectos de vacuna en desarrollo a lo largo del mundo.
Pero más allá de lo cuestionable que puede resultar aplicar lógicas de competencia comercial a un producto diseñado en el marco de una epidemia como la actual, también se ha desatado polémica alrededor de las pruebas necesarias en humanos para testar esas vacunas. Concretamente en Francia y después de que dos médicos galos hayan sugerido en un programa de televisión ‘externalizar’ a África los ensayos.
En el transcurso de un directo en la cadena francesa LCI, el jefe de los servicios de medicina intensiva y rehabilitación del hospital Cochin de París, Jean-Paul Mira, preguntaba lo siguiente: “¿Acaso no deberíamos realizar este estudio en África, donde no hay mascarillas, ni tratamiento, ni reanimación? Un poco como se hace en otros lugares para algunos estudios sobre el sida. En las prostitutas intentamos cosas porque sabemos que están expuestas y que no se protegen a sí mismas”. Unas declaraciones a las que el director del Instituto Francés de Investigación Médica, Camille Locht, respondía: “Tiene usted razón […] estamos pensando de forma paralela, en un estudio en África con el mismo enfoque, lo cual no quita que no podamos pensar también en un estudio en Europa y en Australia”.
Reacciones
Las afirmaciones han desatado una serie de contundentes críticas entre autoridades de instituciones internacionales, como el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que ha calificado de “declaraciones racistas” las palabras de los sanitarios galos y ha señalado que “se oponen al espíritu de solidaridad”. “África no puede ser y no será un terreno de pruebas para ninguna vacuna. Es vergonzoso escuchar a científicos haciendo este tipo de declaraciones en el siglo XXI”, ha remarcado.
Le Gall: «El evangelio lleva en su ADN la protección de los más débiles».
También han levantado la voz diferentes personalidades públicas del ámbito deportivo. Es el caso del exfutbolista marfileño Didier Drogba, que ha dicho que “es totalmente inconcebible que sigamos advirtiendo esto” y ha denunciado “estas degradantes, falsas y profundamente racistas palabras”. O también el exfutbolista camerunés Samuel Eto’o, que ha increpado a los médicos diciendo que “África no es vuestro terreno de juego”. El jugador de los Philadelphia 76ers, Joel Embiid, ha asegurado que “estos es ridículo e inaceptable” y que “África no es un laboratorio de pruebas”.Desde Francia, el Consejo Superior del Audiovisual ha publicado un comunicado en el que advierten “fuertemente a la cadena LCI contra la repetición de tales hechos”. “La opinión pública francesa en general se ha sorprendido al imaginar que los especialistas han considerado el uso de poblaciones africanas para llevar a cabo ensayos de vacunas contra la Covid-19”, explica desde Francia a Protestante Digital el director del servicio pastoral a los parlamentarios y portavoz del Consejo Nacional de Evangélicos de Francia (CNEF, por sus siglas en francés), Thierry Le Gall.
“Esta propuesta no es compatible con los criterios dignidad humana del Nuevo Testamento”
Casos como el farmacéutica estadounidense Pfizer en 1996, cuando suministró un medicamento contra la meningitis a 200 niños en Nigeria, de los cuales murieron once y la compañía evitó el juicio pagando 75 millones de dólares, o de la Family Health Institution en 2005, que probó un producto para prevenir la transmisión del VIH con un grupo de mujeres dedicadas a la prostitución en Camerún y les retiró el tratamiento después de acabar con los ensayos, son dos ejemplos de la larga lista de abusos cometidos por el sector farmacéutico de las grandes potencias occidentales en el continente africano.
“Esta propuesta parece implicar que habría categorías de la población mundial que podrían estar expuestas a grandes riesgos para la salud en beneficio de otra parte de la población. Esta actitud se asemeja a una forma de utilitarismo inaceptable para la humanidad”, remarca Le Gall, quien también apunta que los doctores franceses ya han pedido disculpas.
El debate, a pesar de no ser nuevo, requiere quizá otros enfoques aparte de la ética médica o la deuda histórica del colonialismo. En este sentido, los evangélicos franceses apuntan a una dimensión moral cristiana que denuncia el error de planteamientos como el de los médicos galos. “El Evangelio lleva en su ADN la protección de los más débiles y los más pobres. Cristo lo demostró dando su vida por toda la humanidad, sin distinción de razas o personas. Desde un punto de vista cristiano, esta propuesta no es compatible con los criterios de dignidad humana del Nuevo Testamento”, dice Le Gall.
El representante del CNEF remarca lo necesario que es recordar y señalar esta concepción moral en momentos como estos. “Los cristianos evangélicos deben estar más presentes y más audibles que nunca en la sociedad, portando pacíficamente y con compasión una palabra de consuelo, esperanza y justicia. Debemos unirnos a los actos concretos de amor que la sociedad necesita. Esto no es una opción para un verdadero seguido de Jesús”, apunta.
El virus sigue expandiéndose en el continente africano, una de las regiones del planeta con menos recursos sanitarios. Aunque en la realidad de algunos países, como la República Centroafricana, siguen siendo más urgentes otras epidemias activas, como la del sarampión. De hecho, este martes la OMS ha prorrogado la emergencia sanitaria en República Democrática del Congo por el ébola, después de registrar nuevos casos.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL – Internacional – ¿Por qué es inmoral probar una vacuna en África?